La calidad de la energía influye directamente en la confiabilidad, seguridad y eficiencia de los procesos industriales. Una energía eléctrica deficiente se puede verificar en variaciones de voltaje, distorsión armónica, flickers, sobrecargas, entre otros; afectando el rendimiento de equipos sensibles y sistemas automatizados.


En Ecuador, la Regulación No. ARCONEL 009/24, se enfoca a la calidad de servicio que las empresas distribuidoras entregan, por lo que únicamente verifica parámetros de voltaje, siendo muy limitada para evaluaciones en la industria.
La calidad de energía abarca mucho más: armónicos, factor de potencia, flicker, transitorios, tanto en voltaje como en corriente, dado que en la práctica, la potencia eléctrica es el producto del voltaje (disponible) por la corriente (demandada), por lo que cualquier perturbación en estos parámetros pueden contaminar un ambiente eléctrico industrial que a su vez afecta la eficiencia y la confiabilidad
A nivel internacional, existen normas que establecen parámetros más completos para asegurar la calidad del suministro eléctrico. Entre ellas destacan:
Estas regulaciones son referencia mundial y abordan aspectos que van más allá, esenciales para la estabilidad y confiabilidad de los procesos industriales.


Es recomendable, también tener una visión integral, que no solo considere la energía eléctrica, sino también variables térmicas, mecánicas y ambientales, para anticipar riesgos y optimizar el rendimiento, realizando estudios especializados como:
A partir del diagnóstico, proponemos soluciones técnicas que aseguran la estabilidad energética y prolongan la vida útil de los equipos:
Mantenimiento predictivo.
Invertir en calidad de energía no solo previene fallos: mejora la productividad, reduce costos operativos y fortalece la reputación técnica. Integrar estos estudios dentro de un sistema de gestión energética permite una visión completa del desempeño, alineada con objetivos financieros y sostenibles